Las mujeres han sido representadas a lo largo de la historia del arte de diferentes maneras fomentando estereotipos y construyendo nuevas maneras de entender la feminidad.

Antes de venir a este país, antes de nacer, las mujeres de El Salvador ya tienen mitos y roles que cumplir; la mujer seductora, la mujer que engaña, la mujer bruja, como la Siguanaba. Salarrué representa en esta obra, una mujer hermosa que se transforma en algo monstruoso para los hombres que se dejan llevar por su aparente belleza.

En contraste tenemos la obra de Valero Lecha, quien muestra a la mujer como una figura venerada que tiene que ser ocultada con el manto blanco de protección masculina. Dos mantos blancos que nos recuerdan que la construcción de la identidad femenina siempre viene de fuera y muchas veces del hombre.

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