En los años 80 El Salvador vive momentos complejos que terminarán desencadenando un conflicto armado interno que afectará a la producción artística nacional y sus temáticas. César Menéndez no queda al margen de estos acontecimientos. A inicios de esa década, el joven artista es becado (1981-1982), teniendo la oportunidad de residir en New York, Estados Unidos. Esto le ofrece un panorama internacional del arte y una referencia directa del expresionismo abstracto, además de proyección internacional. Es en esa época que comienza a crear algunas de sus famosas series; que continuará durante su regreso al país (1984) y que con los años conformarán su “iconografía personal”.
Trabaja temas relacionados a la muerte y a la violencia que reflejan la guerra civil. Construye series como “Buses”, para reflexionar sobre el hacinamiento, la precariedad y la indiferencia; o “Advisors”, representaciones de helicópteros con títulos en inglés que son una alusión al conflicto que se cierne sobre el pueblo y un guiño al apoyo militar norteamericano. También está “Palomitas”, una serie en la cual encontramos formas que nos recuerdan a palomas, como símbolo de la “paz”, que se diluyen con el fondo, como un anhelo de paz que no se termina de consolidar. Otro tema que será una constante a lo largo de toda su producción, y que vemos ya en esta época, es la del cuerpo humano.
Sus obras reflejan situaciones relacionadas al contexto local, plasmando “figuras masculinas inquietantes, oscuras y calvas, y con un predominio del color rojo», tal y como escribe el curador Jorge Palomo; a las que sitúa en espacios que se perciben como “cerrados”, gracias a los trazos y la “bruma” que genera en su obra. Esta muestra selecciona obras creadas en los años ochenta para aproximarnos a ese momento histórico desde la perspectiva del artista, abordando problemáticas sociales e inquietudes personales, su obra y su vivencia, pero además, ofreciendo un espacio para recordar y reflexionar sobre la historia compartida de los salvadoreños.
